Pages

Subscribe:

martes, 3 de abril de 2012

Sobre los recortes de presupuesto en el cine Español


Muy ilusos tendríamos que haber sido los del cine español para pensar que los recortes que afectan a todos los sectores (Sanidad, educación, asuntos exteriores...), no nos iban a afectar a nosotros.

Dicho esto me gustaría hablar de dos o tres aspectos "algo sospechosos" de estos presupuestos.
En primer lugar veo "venganza" en esta acción, más que nada porque la única partida que se reduce drásticamente es la que corresponde al cine Español, y ya sabemos como se ha ofendido la derecha en algunas ocasiones cuando cierto sector del cine de nuestro país ha demostrado su descontento con muchos asuntos políticos y sociales. En mayor o menor medida estamos pagando un grado de compromiso simplemente por el mero hecho de haber ido en contra de ciertas políticas. Hablando claro, cargarse el cine español por "vendetta personal" me parece tan ridículo y grave que desgraciadamente dice mucho del poco interés que tiene la derecha por el arte, y en especial por el secto cinemagráfico español.


Yo nunca he entendido este miedo irrefrenable que tiene la derecha a la cultura, a la creación de obras artísticas que en mayor o menor medida engrandecen a la sociedad, primero como país y luego como comunidad. Decían algunos que la calidad de un país se mide primero por su cultura y luego por sus gentes. Está claro que esto de "cultura" la derecha se lo pasa por el forro de los pantalones, siempre más preocupados en cuestiones más materiales, quizás de primer orden organizativo, no digo que no, pero si excluyentes con respecto a otros asuntos que son igual de importantes para la salud social y cultural de un país.


En segundo lugar me sorprende la reacción de muchas personas ajenas al mundo del cine. Simplemente tenemos que leer los comentarios de los periódicos que acompañan a la noticia de la reducción del presupuesto para las artes cinematográficas; "que si ya está bien de que vivamos del cuento", "que si genial, porque nadie va a ver nuestras películas", "que si sólo se produzcan entonces las películas que lleven público a las salas", etc, etc, etc. A mi, algunos de estos comentarios me asustan, más que nada por que denotan cierta autoridad peligrosa, aquella que se cree con el derecho de sentenciar y anular otras maneras de pensar, pero si pasamos por alto "las malas formas" de muchos de estos comentarios, y nos quedamos con el fondo, observaremos por tanto que el público sólo está indicando que se siente bastante alejado del cine que se hace en nuestro país. Y ahí, en esta cuestión, la responsabilidad es nuestra.


Mucho se ha hablado del cine español y su relación con el público, quizás la reducción de presupuesto y este asunto no tengan relación aparente, pero me temo que el gobierno ha utilizado su venganza personal con la excusa del público; "El cine español no es cercano, nadie va a verlo excepto dos o tres películas taquilleras". Por lo tanto, público y gobierno se han encontrado unidos en un punto en común; ni que decir tiene que me temo estamos ante una llamada de atención que puede hacer peligrar nuestra raquítica industria.


Por lo tanto nos queda a nosotros la misión más importante; salir del pozo como mejor se pueda. Reducir los presupuestos, realizar otras propuestas cuya base en común sea el ingenio y la novedad... En pocas palabras, aprovechar esta situación para reiventarnos a nosotros mismos. No nos queda otra. O eso, o emigrar... o morir.


Desde mi punto de vista sólo hay algo "positivo" en todo esto; yo siempre he pensado que el cine español tiene mucho de endogámico; desde hace muchos años nos encontramos fuera y detrás de las cámaras con los mismos profesionales que van rulando de producción en producción haciendo casi imposible la renovación generacional en puestos técnicos y artísticos (siendo el sector interpretativo el menos afectado por esto). Alrededor de este grupo de profesionales en activo siempre "pupulan" nuevos técnicos y artístas que ven negada su inclusión en el cine español porque los sistemas de regeneración de plantillas, en muchos casos suelen ser "amistosos", "por contacto" y por "cercanía", no siempre por talento, lo que sin lugar a dudas se debería premiar cuando alguien quiere acceder al mundo profesional.


Quizás a raiz de esta situación que nos pone en la cuerda floja, el acceso a películas profesionales (de medio o bajo presupuesto) sea ya mucho más fácil, pues ya no tendrán que arrimar el hombro 50 personas, sino 100, y entonces el 50% de ellas podrán acceder para aportar su talento o su experiencia en círculos más o menos cerrados donde antes de esta situación no eran tenidas en cuenta. De igual modo (entra aquí mi sentido capitalista del negocio), nunca he entendido que un director que tiene tres o cuatro fracasos consecutivos pueda seguir rodando con toda la normalidad del mundo, aislado en su isla desierta y bastante tranquilo, sin ganas de mejorar, simplemente "fichando" cada vez que rueda como cualquier otro obrero que ficha en una fábrica, sin el menor interés en mejorar su trabajo y acercalo hasta las personas que quieren conocer todo lo que se hace en nuestro cine. Este toque de atención a estas personas vendrá bien, no me cabe la menor duda, ya que de la noche a la mañana tendrán que esforzarse por empezar de nuevo y entonces, con nuestros más y nuestros menos, "todos estaremos en la misma situación".


Quiero terminar esta entrada dando mi apoyo y mi más sincero abrazo a todos los profesionales (en activo, en paro, conocidos, no conocidos, con mucha experiencia, con poca experiencia), que se verán afectados por estos recortes en su vida personal y diaria. Quiero también recordarle a estas personas que la desesperanza no es buena compañera de viaje, y que si la historia del cine nos ha enseñado algo es que en tiempos de crisis se agudiza el ingenio (Neorealismo italiano, Nouvelle Vague, etc, etc), y quizás sea hora de empezar a construir, aunque sea a la fuerza, casi sin aliento, el cine español del futuro, el cine que verán nuestros hijos.