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martes, 11 de junio de 2013

Mi visión de la interpretación





Hoy quiero cambiar la rutina de mi blog y hablar de un tema que tiene que ver con el cine pero no entra dentro de la crítica cinematográfica, que es lo que habitualmente suele contener este espacio.

Hoy quiero hablar de la interpretación, de mi visión sobre el trabajo de los actores... Por supuesto que todo lo que pondré a continuación es totalmente subjetivo y viene dado por mi experiencia y por todo lo que he visto y/o aprendido a lo largo de los años que he estado relacionado, de alguna u otra manera, con cualquier proceso interpretativo que ha realizado un actor en proyectos ajenos y propios, tanto en teatro o medios audiovisuales.

Para acelerar un poco el post e ir directamente al grano subdiviré el escrito en varios apartados.

LOS MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN

Yo no creo en ningún método interpretativo, y dudo mucho de sus resultados a medio y largo plazo. ¿Por qué? El arte no es una ciencia, y por lo tanto cabría suponer que por cada actor debería de haber un método distinto, cosa que no es así, pues cada actor es una persona y cada persona tiene una serie de procesos mentales, físicos y emocionales completamente distintos, por lo que los métodos reducen a los actores a tres o cuatro categorías dramáticas tan límitadas como absurdas.

Yo no digo que algo de algún método no pueda ayudar en algún determinado momento (a crear un personaje, a sentir o revivir una emoción, a expandir un proceso dramático en una determinada escena, secuencia o historia), lo que he percibido o estoy seguro (repito, desde mi experiencia y realidad), es que los métodos de interpretación anulan tres cosas esenciales en el arte de la interpretación; LA NATURALIDAD, LA EMOCIONALIDAD Y LA INTELIGENCIA. 

LA NATURALIDAD porque cualquier método pone en práctica una serie de técnicas que muy usadas y trilladas por el mismo actor a lo largo de los años puede crear pautas interpretativas con grandes carencias incluso técnicas (tics).

LA EMOCIONALIDAD porque tomes partido de un método u otro dejarás de lado toda una serie de emociones que ese método no comparte y que pueden ser válidas para la interpretación que un actor debe realizar en ese preciso momento.

LA INTELIGENCIA porque casi todos los métodos suelen ser más intuitivos que racionales, y la intuición no siempre es amigo de una buena interpretación, y mucho menos la intuición accionada por medio de cualquier proceso o actividad formativa relacionada con ese método en cuestión.

Lo ideal sería un método que uniese en sus bases las suficientes dosis para poder trabajar, de igual modo y en cualquer situación escénica la naturalidad, la emocionalidad y la inteligencia. Unos métodos son más emocionales, otros más racionales.... y unos pocos utilizan la naturalidad como herramienta casi fortuita para crear cualquier personaje y/o acción escénica.

LOS MÉTODOS SON UNA "SECTA"

Día tras día veo a compañeros actores, profesionales con muchos años en activo y recién llegados, que son absorvidos por escuelas y métodos de interpretación que anulan al individuo natural que entró en clase el primer día y crean máquinas humanas llenas de miedos, paranoias e inseguridades, simplemente porque muchos métodos quieren CAMBIAR y no ENSEÑAR al actor en cuestión para que ese método o esa manera de formar perdure a lo largo de los años como EL SANTO GRIAL de tal o cual grupo de interpretación, creando verdaderas guerras formativas y docentes entre escuelas de métodos diferentes y por supuesto entre actores de cada una de las escuelas o métodos que existen.

Unos métodos se adentran en la vida privada del actor (cuanto más dolor escondido para sacar a flote mucho mejor, dicen...), otros arrinconan el arte de actuar hasta un mero compendio de pseudo ciencia NEW AGE donde el actor tiene que estar en paz con el mundo que le ha tocado vivir y con "la energía del cosmos que le rodea"..... las menos dejan de lado lo interior y fuerzan lo exterior (el cuerpo, la potencia de la voz....), creando actores atletas que a la hora de la verdad, en escena o en el plano, son meros deportistas de una interpretación que pretende crear con el cuerpo sin apenas percibir que no toda la realidad escénica se puede crear y comunicar con lo exterior.

La formación debe ser época de juegos y equivocaciones sin la mayor transcendentalidad que la de aprender de forma divertida y amena, sin deplorar al actor hasta límites insospechados de miseria emocional y reprocharle que será un fracasado el resto de su vida. Hay que aprender jugando, como cuando éramos niños, y no tendiendo la mano del miedo como si cualquier método, profesor o docente de estos métodos fueran Dioses a los que hay que temer cuando nos equivocamos o cuando nos damos cuenta que tenemos otro proceso.

¿DONDE ESTÁ LA VERDAD?

Llamadme clásico, pero yo creo que la verdad de una buena interpretación está en un buen texto. Un buen texto responderá todas las preguntas que el actor tenga sobre su personaje y dejará vía libre a una total comprensión del mundo ficticio que el autor ha creado y que el actor debe llenar con su arte. Es verdad que un texto bueno aparece pocas veces, y que es más habitual divagar por un texto confuso o no muy trabajado... en este caso la verdad se hallará de muto acuerdo entre la visión del director y la visión del actor, juntos y no por separado deberán trabajar.

En cambio, cuando el texto es bueno o suficiente, el actor habrá hecho su trabajo ya en casa y el director sólo se tendrá que limitar a dar indicaciones de dicción, intensidad y movimiento escénico, dejando al actor con total libertad para que pueda crear la mente de su personaje de un modo único, puesto que en el texto, aunque sea de forma velada, la mente del personaje ya está creada por medio de acciones y diálogos que denotan verdad.

EL ACTOR DEBE SER UNA PERSONA CULTA

Conozco a muchos actores que dedican las 24 horas del día a hacer deporte, yoga, asistir a sus clases de interpretación.... y dejan de lado lo esencial; ver y leer todo lo que caiga en sus manos. Películas buenas, malas y regulares, novelas, ensayos, obras de teatro... He comprobado que un actor culto que esté lleno de referencias importantes puede sacar mayor partido a sus interpretaciones que un actor que sólo puede percibir la realidad que le rodea y que no tiene ninguna interacción artística con otros elementos de vital importancia para su experiencia.

¿LA CULPA SIEMPRE ES DEL ACTOR?

No, para nada. De hecho muchas veces el director tiene la culpa de todo, incluso de una mala interpretación, de hecho como su nombre indica el director debería DIRIGIR todo lo que sale en el plano y en la escena y por lo tanto él y nadie más es el responsable de cualquier fallo escénico, tenga o no que ver con la interpretación. 

FORMACIÓN VS TRABAJO

Se aprende haciendo. SIEMPRE. Muchos de los grandes actores de la historia no han estudiado NADA, simplemente han actuado desde que han tenido uso de razón y han aprendido a utilizar todas las herramientas necesarias para elaborar y disfrutar de su arte. Llega un momento en que la formación se convierte en el peor enemigo del artísta, puesto que la cabeza está llena de conceptos y son pocas las oportunidades para probarlos en los trabajos, por eso el actor se pierde, se llena de miedos y poco a poco va dejando de lado la naturalidad de "tirarse a la piscina". Esto no quiere decir que la formación sea mala, de hecho a veces es muy necesaria, pero más vale saber de algo MUCHO que de todo un POCO. Buscar una buena especialización en algún tema o género suele ser una buena opción para ir cogiendo experiencia en diversos trabajos delante de la cámara y en el escenario. 

Muchos actores van rulando de curso en curso, gastando mogollón de pasta en métodos y conceptos de "dudosa credibilidad". Yo aconsejo ahorrar dinero y montar una buena obra de teatro con el fin de que IN SITU un actor pueda poner en práctica todo lo que ha aprendido hasta ese momento y sobre todo pueda JUGAR en un escenario real. 

¿EXISTE UNA FÓRMULA MÁGICA?

Que yo sepa no, pero sé lo que da buenos resultados. Aprenderse el texto como el Padre Nuestro, buscar una buena acción física que haga el personaje y lanzarse al ruedo. 

Recomiendo no comerse "mucho el coco" con el interior del personaje (la cámara no puede filmar los pensamientos y el público tampoco puede ver la mente del actor en escena). Una buena construcción de personaje (o al menos más rápida y que mejores resultados da) es crear el personaje de FUERA hacia DENTRO y no al contrario.

Busca un gesto, unos zapatos, una manera de hablar.... y el 70% del personaje ya estará creado. A nadie le importa que piensa un actor para crear tal o cual sentimiento, si eso le importase a alguien el cine no sería cine, sería novela.

De FUERA hacia DENTRO. Siempre. 

BUSCAR EL SITIO

Hay actores que son muy buenos en teatro y pésimos en el cine. Otros que son mágicos en un primer plano y mediocres encima del escenario. Y unos pocos privilegiados que son buenos en teatro y cine.

Hay que buscar el sitio que nos pertenece y sacarle el máximo partido posible. Si percibimos que el escenario nos come será de locos arriesgarnos a hacer el ridículo encima de él, y si sentimos que no servimos para estar pendiente de una cámara o una marca en el suelo más vale que ni lo intentemos, la cámara no miente. Se ve todo. 

No importa que seas un actor simplemente teatral o de cine y tv, de hecho ya he dicho antes que una buena especialización es el secreto de mantener nuestra vitalidad y seguridad como creadores, ya seamos escritores, directores o actores. Me pongo yo de ejemplo; jamás rodaré algo de puños y tiros, ¡¡¡ no sabría controlar el eje ni tantas cámaras!!! No es lo mio.

LO SIENTO PERO... NO VAMOS A CAMBIAR EL MUNDO

Asume que lo nuestro es un trabajo como cualquier otro. Huye de las noches de humo, de los deseos de transcendentalidad y no creas por supuesto que valemos más que un camarero o un médico; cada uno cumple una función determinada en el mundo que nos ha tocado vivir... Es hermoso pensar que con nuestro trabajo vamos a cambiar el mundo... pero no es así. No ha sido así durante 3000 años y tampoco lo será a partir de ahora. Por mucho que nos duela. Con  cambiar una realidad, dos o tres de cualquier espectador que esté viendo tu trabajo dáte por satisfecho. Aún así no lo flipes, ese espectador volverá a su vida normal llena de problemas y rutinas... no te recordará en dos días.

CONTACTO CON LA REALIDAD

MUY IMPORTANTE tener contacto con la realidad. Cuando estudiaba en la escuela de Arte Dramático flipaba con los alumnos de primer curso; creían que eran especiales y daban de lado a sus amigos "normales" para flipar con sus "amigos artistas" y descubrir con ellos todo un mundo de sensaciones. 

La gente que más nos ayudará y más nos enseñará sobre nuestra profesión es la gente que siempre nos ha rodeado y que no nos ve como un actor o un director, si no como "Pepito o María, el de siempre....". Muchos de mis mejores amigos no tienen nada que ver con el mundo artístico y doy gracias por ello todos los días de mi vida. Me volvería loco si mi vida fuese 24 horas al día, cine, cine y cine. La gente ajena a nuestro mundo tiene una capacidad que nosotros hemos perdido; la capacidad de decir las cosas tal cual.... sin tapujos. Ellos te enseñarán a no sentirte importante cuando cualquier periódico de cualquier ciudad diga que contigo HA NACIDO UNA ESTRELLA, y créeme, una estrella nace cada 100 años, no creas todo lo que dicen de ti dentro de nuestro mundo; ni bueno, ni malo. No hay perspectiva real.